La Plaza de San Pedro en Roma fue escenario este domingo de una multitudinaria ceremonia en la que el papa León XIV canonizó a Carlo Acutis, joven fallecido en 2006 a los 15 años y reconocido como el primer santo milenial. Ante decenas de miles de fieles, entre ellos numerosos jóvenes devotos que llevaban estampas con su imagen, Acutis fue proclamado santo junto con Pier Giorgio Frassati, otro beato del siglo XX. El acto contó también con la presencia del presidente italiano, Sergio Mattarella, y de la familia de Acutis. Su madre, Antonia Salzano, llevó al altar el relicario que contenía un fragmento del corazón de su hijo.
Carlo Acutis, nacido en Londres el 3 de mayo de 1991, vivió su infancia entre Reino Unido e Italia, donde comenzó a mostrar desde los siete años una profunda devoción a la Eucaristía. Con el tiempo se destacó por combinar su fe con su pasión por la tecnología, diseñando páginas web y creando contenidos digitales para difundir mensajes religiosos. En 2006 impulsó un sitio en internet dedicado a proyectos de voluntariado y colaboró en la página de la Academia Pontificia Cultorum Martyrum. Con su computador llegó incluso a organizar planes para rezar el Rosario en línea, lo que lo llevó a ser reconocido como el “patrón de Internet”.
La canonización de Acutis se da tras un proceso que inició con su beatificación el 10 de octubre de 2020 en Asís. Para ello, la Iglesia Católica reconoció como milagro la curación de un niño brasileño en 2013 que padecía una malformación congénita del páncreas. Posteriormente, se verificó un segundo milagro en 2022 en Costa Rica, cuando la madre de una joven estudiante gravemente herida en un accidente de bicicleta peregrinó hasta la tumba de Acutis y, tras orar, la joven mostró una recuperación inexplicable según los médicos.
El legado de Carlo Acutis también está marcado por su vida cotidiana. Quienes lo conocieron lo describen como un adolescente alegre y bondadoso, que compartía su fe con naturalidad y ayudaba a los necesitados de su barrio. Pasaba sus vacaciones en Asís, donde se sintió cercano a San Francisco de Asís por su respeto a la creación y su compromiso con los más vulnerables. El 12 de octubre de 2006, víctima de una leucemia fulminante, murió a los 15 años en Milán, dejando una huella espiritual que ha inspirado a miles de jóvenes.
Desde su fallecimiento, el cuerpo de Acutis permanece en la Iglesia de la Spogliazione en Asís, donde es venerado por peregrinos de distintas partes del mundo. La Congregación para las Causas de los Santos reconoció oficialmente los milagros atribuidos a su intercesión, lo que abrió el camino para su canonización definitiva. Con este acto, Carlo Acutis se convierte en el primer santo nacido en la era digital, consolidando su figura como referente para nuevas generaciones de creyentes.