El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) presentó su pronóstico del clima en Colombia para los meses de enero y febrero de 2025. El informe destaca que enero será un mes de transición entre la temporada de lluvias y la temporada seca, con notables diferencias en las precipitaciones según la región. Por ejemplo, en las islas de San Andrés y Providencia se espera un aumento de lluvias entre el 10% y el 20%, mientras que en la región Caribe habrá una disminución de entre el 10% y el 30%, excepto en el centro de La Guajira, donde podrían aumentar hasta en un 20%. En contraste, en regiones como el este de Cundinamarca, Boyacá y Santander, las precipitaciones se reducirán hasta en un 30%.
En la región Pacífica, las lluvias se mantendrán dentro de los valores históricos, pero con incrementos localizados en el sur de Chocó y Nariño, donde podrían aumentar entre un 10% y un 20%. Por otro lado, en la Orinoquía se anticipa una notable disminución de lluvias, particularmente en Meta y Casanare, con reducciones de hasta el 40%. En la Amazonía, aunque la mayoría de las zonas experimentarán un aumento de lluvias del 10% al 20%, sectores como Guaviare y el Piedemonte de Caquetá registrarán déficits de hasta el 30%.
Para febrero, el Ideam pronostica que las lluvias en San Andrés y Providencia continuarán por encima del promedio climatológico, con incrementos de entre el 10% y el 20%. La región Caribe mostrará un panorama diferente, con aumentos de precipitaciones de hasta el 40%, salvo en La Guajira, donde las lluvias disminuirán entre un 10% y un 20%. En la región Andina se prevé un incremento generalizado de lluvias entre el 10% y el 30%, especialmente en áreas como Cundinamarca, Boyacá y Santander.
El Ideam advierte que, aunque estas proyecciones ofrecen una referencia útil, tienen una baja habilidad predictiva debido a su alcance a largo plazo. No obstante, esta información proporciona una base clave para que las autoridades y comunidades se preparen ante las condiciones climáticas del inicio de 2025, garantizando una mejor planificación frente a los cambios previstos en las lluvias y temperaturas en Colombia.