En las últimas 24 horas, más de 550 personas han muerto en Líbano, incluidos 50 niños, debido a una serie de ataques aéreos lanzados por el Ejército de Israel. Estos bombardeos, que han afectado principalmente al sur del país y al valle de la Becá, también alcanzaron zonas de Beirut, lo que ha provocado una grave crisis humanitaria. El Ministro de Sanidad libanés, Firas Abiad, confirmó el número de víctimas y señaló que los hospitales están colapsados, atendiendo a más de 1.800 heridos. Algunos centros médicos, como el Hospital Público de Bint Yebeil, también han sido impactados por los misiles.
Los ataques israelíes, que forman parte de una «segunda oleada» contra Hezbolá, buscan destruir objetivos terroristas y almacenes de armas de la milicia chií. Mientras tanto, el Ejército de Israel ha pedido a la población civil que evacúe las zonas cercanas a las instalaciones de Hezbolá para evitar más víctimas. En respuesta, el grupo libanés ha lanzado decenas de proyectiles contra posiciones militares israelíes y una fábrica de municiones, lo que ha intensificado aún más el conflicto en la región.
Este enfrentamiento es parte de un repunte de tensiones entre Israel y Líbano que comenzó con ataques explosivos coordinados por Hezbolá la semana pasada. Además de las recientes hostilidades, se han registrado cientos de muertos en ambos lados durante el último año, tras la ofensiva iniciada por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) contra Israel el pasado 7 de octubre. Los bombardeos israelíes han dejado más de 41.400 muertos en Gaza, además de 700 palestinos fallecidos en Cisjordania y Jerusalén Este.
La escalada del conflicto en la región ha involucrado a múltiples actores internacionales, incluidos grupos proiraníes que han atacado Israel con misiles y drones desde Irak y Yemen. La situación sigue siendo crítica y con pocas señales de una solución diplomática en el horizonte, mientras continúan los ataques aéreos y los combates en la frontera entre Israel y Líbano.
