La nueva Reforma a la Salud, presentada por el Gobierno de Gustavo Petro, ha generado polémica por su similitud con el proyecto que impulsó la exministra Carolina Corcho. Aunque tiene menos artículos y busca mayor consenso, algunas voces aseguran que mantiene la misma esencia. El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, admitió que el nuevo texto continúa con la misma intención de reformar un sistema de salud que lleva 20 años en crisis.
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Entre las diferencias más notables, la nueva Reforma a la Salud reduce de 152 a 49 los artículos, eliminando algunos puntos que podrán desarrollarse a través de otras leyes. Sin embargo, mantiene el enfoque en un modelo de salud territorial con Centros de Atención Primaria (CAP) como primer filtro de atención. Además, el Consejo Nacional de Salud se simplifica, consolidando sus funciones en un solo artículo, a diferencia del texto de 2023.
El tema de las EPS ha sido central en la nueva Reforma a la Salud. Si bien el proyecto original limitaba sus funciones, el nuevo texto les otorga más responsabilidades, convirtiéndolas en Gestoras de Salud y Vida. Estas deberán gestionar el riesgo en coordinación con los CAP, compartiendo la responsabilidad financiera con el Estado. Además, se prohíbe la integración vertical entre aseguradoras y prestadores en la mediana y alta complejidad.
Otro punto clave de la nueva Reforma a la Salud es la Unidad de Pago por Capitación (UPC), cuyo cálculo se modificará en función de factores como la edad y las condiciones socioeconómicas. Esto busca corregir las deficiencias del sistema actual, que las EPS han criticado por la insuficiencia de recursos. La reforma también mantiene a la Adres como pagador único del sistema, aunque con más control y responsabilidades.