El presidente de Rusia, Vladimir Putin, confirmó el lanzamiento de un nuevo misil balístico hipersónico, el Oreshnik, contra una instalación militar en Ucrania. Este ataque, llevado a cabo el 21 de noviembre, marca un escalamiento en la guerra y responde al uso de misiles de largo alcance proporcionados a Ucrania por Estados Unidos y el Reino Unido. Según Putin, los misiles hipersónicos rusos viajan a velocidades de 2,5 a 3 kilómetros por segundo, lo que los hace prácticamente imposibles de interceptar por los sistemas de defensa actuales, subrayando la superioridad tecnológica de Rusia en este tipo de armamento.
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La Fuerza Aérea de Ucrania informó que, además del Oreshnik, Rusia lanzó un cohete hipersónico Kinzhal y varios misiles de crucero contra infraestructuras críticas en la región de Dnipró. Estos ataques coinciden con una nueva fase en el conflicto, donde Ucrania ha comenzado a usar misiles Atacms y Storm Shadow contra territorio ruso tras recibir autorización de Washington y Londres. Esta decisión de Occidente ha sido vista por Moscú como una provocación directa, que ha llevado a Rusia a endurecer su postura militar y actualizar su doctrina nuclear.
En su discurso televisado, Putin aseguró que Rusia está preparada para responder a cualquier agresión, afirmando que «se reserva el derecho» de atacar instalaciones militares de países que proporcionen armas a Ucrania. Además, calificó el conflicto como de «carácter mundial» y acusó a Estados Unidos de desestabilizar el sistema de seguridad internacional en su búsqueda por mantener la hegemonía global. Estas declaraciones enfatizan la creciente tensión entre Rusia y los países occidentales.
El uso de misiles hipersónicos refuerza la estrategia de Rusia en una guerra que ahora se encuentra en una etapa de escalada sin precedentes. Aunque Putin asegura que Moscú está dispuesto a resolver disputas de forma pacífica, también advirtió que habrá «una respuesta inmediata» ante cualquier acción hostil. Con este ataque, Rusia no solo demuestra su capacidad tecnológica, sino que también envía un mensaje claro a sus adversarios: está preparada para cualquier escenario en el conflicto.
