El debate presidencial entre Kamala Harris y Donald Trump ha generado un intenso análisis en medios y encuestas, con una percepción general favorable hacia Harris. Durante el debate en Filadelfia, Harris mantuvo una postura dominante frente a un Trump que pasó gran parte del tiempo a la defensiva, repitiendo teorías de conspiración desacreditadas. Según una encuesta de CNN, el 63% de los televidentes consideró a Harris la ganadora, mientras que un 37% favoreció a Trump. Este resultado fue similar en otros sondeos y análisis, donde la mayoría de los medios estadounidenses destacaron el buen desempeño de la vicepresidenta.
Los medios como el Washington Post y el New York Times coincidieron en que Harris tuvo una noche más sólida, atacando a Trump en temas clave como la política económica y el derecho al aborto. Por su parte, Trump intentó vincular a Harris con los fallos de la administración de Joe Biden, pero su retórica perdió fuerza frente a la habilidad de Harris para manejar los ataques. El expresidente también perdió credibilidad al insistir en teorías de fraude electoral y comentarios sobre la migración que han sido refutados por datos oficiales.
Una de las claves del debate fue el control que mantuvo Harris sobre los temas discutidos, especialmente al presentar un plan económico que favorece a la clase media. Mientras tanto, Trump, aunque tuvo algunos momentos destacados al criticar la política migratoria de los demócratas, no pudo articular propuestas concretas en temas importantes como el sistema de salud.
Aunque el impacto definitivo del debate está por verse, analistas como Larry Sabato y Brit Hume reconocieron que Harris tuvo una actuación muy superior a la de Trump. En un contexto político polarizado, los expertos creen que el debate no cambiará significativamente el panorama electoral, pero sin duda brindó a los demócratas un respiro tras las preocupaciones anteriores.